Una ruptura amorosa, o más conocida como una “tusa”, es la terminación de una relación continua y frecuentemente comprometida entre dos o más personas. La tusa es una situación extremadamente estresante y desagradable, independientemente de si uno tomó la decisión de terminar la relación.
Una ruptura amorosa, o más conocida como una “tusa”, es la terminación de una relación continua y frecuentemente comprometida entre dos o más personas, como en una familia, amistad, matrimonio, pareja u otro vínculo interpersonal en el que las personas tienen algún grado de influencia en los pensamientos, sentimientos y acciones de los demás por muchos motivos diferentes a la muerte. La tusa es una situación extremadamente estresante y desagradable, independientemente de si uno tomó la decisión de terminar la relación.
Es común que ambas personas sientan una gran cantidad de efectos negativos después de la ruptura. Algunos de los síntomas son: altos niveles de angustia psicológica, reacciones de duelo (como confusión, dificultad para concentrarse, obsesión por recuperar la pérdida, pensamientos e imágenes recurrentes, impotencia y soledad) y una disminución general del bienestar psicológico.
Muchas personas recordamos el dolor de una “terminada” y sabemos que se sienten síntomas muy fuertes de angustia y tristeza. Los pensamientos profundos de desesperación, la dificultad para conciliar o mantener el sueño, la rumiación (fenómeno psicológico que aparece cuando nuestro foco de atención se queda en un elemento real o imaginario que nos produce estrés y malestar), pensar que nunca encontraremos a otra persona que nos ame y a quien amar. No podemos parar de recordar, de pensar en nuestro(a) ex, todo nos recuerda momentos que compartimos. Estos recuerdos funcionan como una especie de pensamientos intrusos que se presentan cuando estamos despiertos o incluso dormidos. Sin embargo, todo esto es normal, pues tanto el cerebro como el resto del sistema nervioso están intentando asimilar lo sucedido y recuperar cierto balance dentro de nosotros.
La tusa muchas veces se compara con un duelo, esto quiere decir que el proceso es muy parecido. Tanto en el duelo como en las rupturas amorosas es importante reconocer la ruptura como un hecho, expresar y liberar emociones y el dolor relacionado a la ruptura, reconstruir una nueva realidad que implica una nueva rutina y por último dejar de crear expectativas de reconciliación con la pareja e invertir en nuevas interacciones y relaciones. Durante este proceso de desapego es muy importante hacer un esfuerzo por expresar las emociones y validarlas (aceptar que son normales y que es normal sentirse mal después de una ruptura amorosa). Así mismo, puede ser de gran ayuda buscar compañía de personas importantes en tu vida, como tu familia y amigos, retomar actividades que habías dejado y/o empezar una nueva. A pesar de que la tusa conlleva situaciones y sentimientos no tan agradables, es importante tener en cuenta que esta también es una situación de aprendizaje y que, como menciona Blandón (1999, p.141), “el sufrimiento es simplemente la otra cara del placer, es el otro lado de este mundo dual de negro y blanco, de día y de noche. No hay que temer al sufrimiento, es un gran maestro. Siempre nos habla de algo que es susceptible de mejorar. Después de la oscuridad viene la luz.” Aprovechemos estos momentos de dolor y duelo para crecer como personas y para aprender herramientas nuevas para la vida.
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